La atleta cristiana Cindy Sember compartió un inspirador momento de fe en las redes sociales, donde atletas de diferentes naciones se reunieron para alabar a Dios durante un servicio en París, en medio de los Juegos Olímpicos de 2024.
Cindy, que compite por el Reino Unido en las pruebas de atletismo con vallas, publicó un vídeo de esta reunión de adoración en su Instagram, citando Mateo 18:20 : “Porque donde dos o tres se juntan en mi nombre, allí estoy yo en medio de a ellos”. En su publicación, expresó gratitud por encontrar otros creyentes en los deportes, enfatizando el poder y la presencia de Dios cuando los atletas se reúnen para glorificarlo.
“Dios se movió cuando empezamos a cantar juntos. Él es tan bueno. Que este sea tu estímulo para orar y adorar con los demás hoy. Te sorprenderás de lo que el Señor puede hacer”, escribió Cindy, animando a sus seguidores a conectarse también con Dios en comunidad.
Durante los Juegos Olímpicos de París, los capellanes evangélicos han desempeñado un papel vital en la Villa Olímpica, ofreciendo apoyo espiritual a los atletas y otros participantes. Estos capellanes están disponibles para hablar, ofrecer consuelo y orar con quienes enfrentan desafíos como presión competitiva, problemas de salud mental y problemas personales.
La Villa Olímpica, compuesta por 72 edificios, sirve como un espacio donde los atletas, entrenadores y personal tienen la oportunidad de asistir al culto, orar y discutir sus desafíos con los capellanes. Anne Schweitzer, capellán evangélica, explicó que el papel de los capellanes va más allá de ofrecer asesoramiento técnico o financiero; brindan un espacio para la escucha atenta y la guía espiritual, guiados por el Espíritu Santo.
Además del trabajo de los capellanes, las iglesias francesas también se movilizaron para predicar el Evangelio durante los Juegos. La Sociedad Bíblica Francesa anunció la distribución gratuita de 140.000 ejemplares del Nuevo Testamento en francés y 60.000 en inglés, con el objetivo de llegar a la gente al final de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Este movimiento de fe entre los atletas en París destaca cómo el deporte puede ser un medio de unidad y adoración, independientemente de las barreras culturales y lingüísticas.
