Uno de los casos más impactantes es el del hijo de un pastor, que fue torturado y estrangulado hasta la muerte. Fue encontrado colgado del techo de un establo para animales. La familia había sido anteriormente objeto de amenazas de muerte. Otro incidente grave involucró a una mujer cristiana de 32 años que fue brutalmente asesinada con un hacha después de perder sus tierras de cultivo ancestrales debido a su conversión al cristianismo. Su familia se vio obligada a huir debido a amenazas de muerte.
Estos ataques son parte de un patrón de violencia en aumento. En julio, 50 cristianos fueron golpeados en Madhya Pradesh mientras asistían a un servicio religioso, siendo la cuarta vez que la congregación es atacada. La policía, en lugar de proteger a las víctimas, apoyó a los atacantes, aumentando aún más el sentimiento de vulnerabilidad entre los cristianos.
Las estadísticas revelan la gravedad de la situación. En Uttar Pradesh, cerca de 1.700 personas fueron arrestadas bajo estrictas leyes anticonversión, muchas de ellas cristianas. La Comisión de Libertad Religiosa de la Fraternidad Evangélica de la India (EFI) informó de un aumento del 45% en los casos de persecución contra cristianos durante el último año, alcanzando un récord de 601 casos. En el mismo período, 440 pastores fueron arrestados y solo en los primeros seis meses de 2024 se produjeron 361 ataques contra cristianos, según el Foro Cristiano Unido de la India (UCF).
Estos incidentes se producen en un contexto de creciente apoyo a las leyes anticonversión, especialmente en los estados gobernados por el BJP (Bharatiya Janata Party), partido que ha estado en el poder durante la última década. Estas leyes, cuyo objetivo es impedir las conversiones religiosas, se han utilizado para justificar la violencia y la persecución contra los cristianos.
Release International, una organización que apoya a los cristianos perseguidos, pide la derogación de estas leyes anticonversión, argumentando que legitiman los prejuicios y la violencia, empoderando a los extremistas. Paul Robinson, director general de Release, destacó que en los últimos diez años el clima de intolerancia se ha intensificado y las leyes anticonversión contribuyen a esta creciente hostilidad, poniendo en riesgo la vida y la libertad de los cristianos en la India.
La situación continúa deteriorándose, y los cristianos enfrentan persecución no sólo por parte de los extremistas, sino también por parte de las autoridades, que a menudo no protegen o, peor aún, no colaboran con los atacantes. La comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el aumento de la violencia y la erosión de la libertad religiosa en la India.