La guerra total y regional que muchos temían en Oriente Próximo ya se ha desatado tras la respuesta de Irán la tarde del martes, cuando disparó unos 200 misiles contra Tel Aviv y Jerusalén, alguno de ellos hipersónicos, según anunció la televisión iraní.
El primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, ha prometido reaccionar a la ofensiva persa mientras Israel se prepara para una nueva fase del conflicto. Mientras tanto, en Líbano sigue los enfrentamientos entre las fuerzas de Hizbulá y las tropas israelíes, con combates en el sur del país. También hay tensiones diplomáticas preocupantes.
El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, anunció este miércoles que ha decidido declarar persona ‘non grata’ al secretario general de la ONU, António Guterres, y prohibir su entrada en el país, ya que considera que no condenó “de forma inequívoca” el ataque iraní del martes.
Irán, por su parte, ha dicho que bombardeará “todas las infraestructuras” de Israel si es atacada en represalia, según advirtió este miércoles el general Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor del ejército de la república islámica. “Si el régimen sionista, que se ha vuelto loco, (…) quiere continuar estos crímenes o actuar contra nuestra soberanía y nuestra integridad territorial, una operación como la de esta noche (martes) será repetida con mayor intensidad y todas las infraestructuras del régimen serán golpeadas”, declaró Bagheri a la televisión estatal iraní.
Por su parte, EEUU ha dicho que “está bien” preparado para defender todos su activos en la región, unos 40.000 soldados distribuidos en varios países de Oriente Próximo.
