La presidenta del Parlamento georgiano , Shalva Papuashvili, promulgó la ley que prohíbe el matrimonio y la adopción de niños por parejas del mismo sexo.
Georgia es un país situado en la región del Cáucaso, en la frontera entre Europa del Este y Asia Occidental, y actualmente tiene una población estimada en alrededor de 3,7 millones de habitantes.
El proyecto de ley denominado “Protección de los valores familiares y de los menores” fue presentado por el partido gobernante Sueño Georgiano e incluye precauciones de afirmación de género y cambio de género en los documentos de identidad, así como representaciones de los homosexuales en los medios.
La ley fue firmada en el Parlamento después de que la presidenta Salomé Zurabishvili se negara a sancionarla, por lo que el proyecto fue devuelto al Legislativo.
“La ley que estoy firmando no refleja ideas e ideologías actuales, temporales y cambiantes, sino que se basa en el sentido común, la experiencia histórica y los valores cristianos georgianos y europeos centenarios”, escribió Papuashvili en las redes sociales.
Añadió que esperaba que la ley “causara críticas de algunos socios extranjeros”, pero dijo que los georgianos “nunca han tenido miedo” de seguir su “fe, sentido común y lealtad al país”.
unión Europea
El máximo diplomático de la Unión Europea , Josep Borrell, había advertido anteriormente que aprobar una ley de este tipo “compromete los derechos fundamentales del pueblo georgiano” y “dañaría” las aspiraciones de Georgia de convertirse en miembro de la UE.
Al país se le concedió el estatus de candidato a la UE a finales de 2023, pero su candidatura a la adhesión fue congelada en junio debido a la introducción de una ley de “agentes extranjeros” que refleja la legislación rusa, destinada a reprimir la disidencia y restringir la sociedad civil.
La ley anti-LGBTQ+ también refleja la legislación de Rusia, que ha prohibido las representaciones de “relaciones sexuales no tradicionales” desde 2013.
El año pasado, el gobierno del presidente ruso Vladimir Putin presentó una moción ante la Corte Suprema del país para clasificar “el movimiento LGBT internacional” como extremista.
El partido gobernante de Georgia se ha estado acercando a Moscú y alejándose de Occidente, lo que llevó al Departamento de Estado de Estados Unidos a imponer restricciones de viaje a destacados políticos del Sueño Georgiano considerados “cómplices de socavar la democracia en Georgia”.
