Según un informe publicado por varias asociaciones cristianas, China paga para que denuncien a cristianos que practican la fe, que posteriormente son encarcelados.
Además todas las personas que puedan proporcionar una información fidedigna sobre la practica o actividad cristiana de algún ciudadano, recibirá una recompensa.
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El ofrecimiento de dinero, es utilizado para estimular la caza de cristianos en el territorio, que, según el gobierno chino, practican una religión distinta a la ley del país.
China paga para que denuncien a cristianos
Los incentivos económicos podrían provocar que muchos cristianos sean entregados ante el gobierno de la nación, un peligro inminente para ellos.
Muchas Iglesias de las zonas rurales operan en secreto en China. Por lo que el gobierno apuesta por la detección y posterior encarcelamiento de los cristianos.
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La revista Bitter Winter aseguró que la información aparece en un informe publicado por el gobierno local de la ciudad de Nanyang en la provincia de Henan.
Un alto precio
Los incentivos económicos derivan del tipo de información que las personas puedan conseguir para detectar movimientos cristianos en el territorio.
Si alguien informa la actividad de un grupo cristiano, podría recibir alrededor de 30$ o 150$ dependiendo el tamaño y tipo de actividad que lleven a cabo.
Si el reporte es acerca de la difusión de imágenes cristianas, el precio a pagar puede ser de hasta 1500$ dependiendo del impacto, al igual que el bautismo.
Un sistema automatizado
El gobierno chino impulso junto con el informe, un grupo de canales regulares para el reporte, denuncia o difusión anónima a través de medios.
Las localidades y aldeas pusieron teléfonos, sitios web, e incluso cajas de notificación donde recibirán los reportes de actividades cristianas.
El servicio de reporte es gratuito y contiene la frase “Medio para reportar lugares, grupos y actividad cristiana de forma anónima en el territorio.”
Denuncia colectiva
Muchos aseguraron que “Las personas en la aldea se les prohíbe creer en Dios.” Mientras continúan los esfuerzos de castigar a los cristianos.
Según la propia Bitter Winter después del informe las actividades de la iglesia se detuvieron completamente en las pequeñas localidades.
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