Fue despedido por un distrito escolar del estado de Washington por continuar orando después de sus juegos. Según él, el distrito escolar lo obligó a elegir entre su fe y su trabajo.
“Antes de entrenar mi primer partido, en 2008, me comprometí con Dios a agradecerte después de cada partido, ganes o pierdas, por la oportunidad de ser entrenador de fútbol y por mis jugadores. Me inspiré para hacer esto después de ver la película “Facing the Giants”, reveló.
La administración de la escuela le pidió que dejara de rezar con su personal en público. Dice que el distrito escolar le indicó que podía orar sin incluir a los jugadores en la oración. Pero las cosas cambiaron, el distrito emitió una nueva política que decía que no podía orar donde otras personas pudieran verlo.
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Kennedy dice que, durante siete años, después de cada juego, caminaba hacia el centro del campo, se arrodillaba y rezaba una pequeña oración de acción de gracias. Entonces, según él, apenas unas horas antes de lo que sería su último partido como entrenador, el distrito escolar le dio un ultimátum, si oraba después de ese partido, lo suspenderían.
“Como marino retirado, algo dentro de mí se movió. Habría dado mi vida defendiendo la libertad religiosa de cualquier estadounidense y, sin embargo, me negaron ese mismo derecho. Eso se sintió mal e injusto”, dijo Kennedy.
Según Faithou Pot, el entrenador siguió rezando y le costó el trabajo. Presentó una demanda contra la escuela para reclamar mis derechos a la libertad de expresión y el libre ejercicio de sus creencias religiosas.
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