Este domingo (15), el grupo islámico talibán tomó el control de Kabul, capital de Afganistán, en una rápida escalada por el control del país.
Que comenzó este sábado (14). Insurgentes armados se apoderaron del palacio presidencial en Kabul, pocas horas después de que el presidente afgano Ashraf Ghani huyera del país.
Ahora, los talibanes han vuelto a controlar la mayor parte de Afganistán, con ciudades clave conquistadas, tras la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN en julio.
Cristianos en Afganistán temen la imposición de la ley islámica
Los cristianos, las mujeres y los niños corren mayor riesgo, según los expertos en persecución religiosa.Un comandante talibán, Muhammed Arif Mustafa, dijo en una entrevista con CNN
“Algún día los muyahidines [combatientes talibanes] obtendrán la victoria y la ley islámica llegará no solo a Afganistán sino al mundo entero. No tenemos prisa”.
Release International, una organización que apoya a los cristianos perseguidos, advirtió que probablemente habrá un aumento en los ataques contra los creyentes en todo el país después del regreso de los talibanes.
Cristianos en peligro
Para la organización, aunque el grupo terrorista ha pedido una transición pacífica del poder, la rápida reanudación solo alentará las acciones extremistas de los militantes.
Un líder de la iglesia afgana dijo a Release que muchos cristianos temen por su seguridad y describen la situación actual como “terrible”.
“Nuestros hermanos y hermanas en Cristo nos dicen lo asustados que están. En áreas que ahora controlan los talibanes, las niñas no pueden ir a la escuela y las mujeres no pueden salir de sus hogares sin una pareja”, dijo.
Persecución desmedida
Según Open Doors, “Esta insurgencia representa una realidad devastadora para el pequeño número de creyentes allí. Afganistán ya es un lugar brutal para la Iglesia. Los seguidores de Jesús corren un riesgo constante y el peligro al que se enfrentan es muy real”.
Afganistán ocupa el segundo lugar en la lista de Puertas Abiertas 2021 de los países más perseguidos. Los cristianos afganos viven bajo una intensa presión y la amenaza de muerte inminente.
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