Es notorio que el gobierno chino hace todo lo posible para evitar que el Evangelio siga creciendo en el país. El caso de dos cristianos que se arriesgan a 15 años de prisión ha llamado la atención de la Iglesia.
Uno de ellos se llama Wang Honglan y el otro no fue identificado por Bitter Winter. Según la organización, ambos vendían Biblias que eran impresas regularmente por una editorial autorizada por el gobierno.
Vender Biblias “impresas ilegalmente” sin la autorización del gobierno es un delito en China, y los cristianos eran conscientes de ello y seguían las leyes al pie de la letra. Aunque no había motivos para acusarlos de ningún delito, el Partido Comunista Chino (PCCh) logró encontrar una excusa.
Según el PCCh, si el chino que vende una “Biblia impresa legalmente” es parte de una iglesia doméstica no autorizada, la venta de la Biblia se vuelve ilegal.
Honglan y otros cristianos que viven en la ciudad de Honhot, región autónoma de Mongolia, se enteraron de esta “distorsión de la ley” en abril de 2021 cuando fueron arrestados y acusados de “operar un negocio ilegal”.
Desde entonces, se ha iniciado una batalla legal cuando el caso fue a juicio el 17 de enero de 2022 en el Tribunal Popular del Distrito de Huimin, uno de los cuatro distritos de Hohhot. Los abogados recién nombrados alegaron que no tenían suficiente tiempo para estudiar el caso.
‘Riesgo de prisión‘
El 28 de marzo, se distribuyó un pedido de oración entre las iglesias en las casas. La fecha del próximo juicio está fijada para fines de abril.
Hasta el momento, se sabe que el fiscal busca una pena de prisión de 15 años para Wang y sentencias menores para los otros acusados.
Wang está acusado de ser el autor intelectual de un “negocio ilegal”. Los acusados alegan que todas las Biblias se imprimieron con el permiso del gobierno de Nanjing y que en su caso ni siquiera hubo ganancias y que no tenían “un negocio”.
Los cristianos explicaron que recolectaban ofrendas de otros creyentes y las usaban para comprar Biblias y dárselas a cristianos que apenas podían pagarlas. Sin embargo, ahora corren el riesgo de pasar largos años en prisión “por vender biblias legales de manera ilegal”.