Después del huracán Debby que azotó el este de los Estados Unidos el 3 de agosto, se enviaron voluntarios de Samaritan’s Purse a Savannah, Georgia, para brindar atención emocional y espiritual a las víctimas.
La ciudad, que fue una de las zonas más afectadas, quedó inundada por la lluvia, lo que provocó que el río Ogeechee rompiera cuatro represas en el condado de Bulloch e inundara barrios enteros, donde muchas casas quedaron destruidas.
Eva y su esposo, Gregory, estaban en Nueva York para asistir al funeral del hermano de Gregory cuando los vecinos comenzaron a enviar actualizaciones sobre amenazas de inundaciones.
Cuando lograron regresar a casa, la pareja tuvo que dejar el coche en el aparcamiento de un mercado y montarse en un barco que los llevó a su casa.
Allí encontraron a los niños y a la madre de Eva en el suelo, encima de las aguas de la inundación. Hasta que el agua bajó, la familia tuvo que utilizar el barco para desplazarse por la ciudad.
“Acababa de leer una publicación en Facebook sobre Samaritan’s Purse. Cinco minutos después, un voluntario llamó a la puerta. Ni siquiera tuve la oportunidad de pedir ayuda. Pensé: ‘Alabado sea Dios’”, recuerda Eva.
A pesar de perder gran parte de su casa, Eva dijo que los voluntarios de Samaritan’s Purse le dieron esperanza: “Hay luz al final del túnel”.
Nueva vida
En los últimos meses, Eva ha estado luchando contra una enfermedad ósea degenerativa y otros problemas de salud. Además del desafío de encontrar un nuevo empleo luego de retirarse de 20 años en el Ejército. Gregory también está retirado del ejército.
A través del trabajo misionero sobre el terreno, Eva y Gregory ahora pueden confiar en que Dios los ayudará a superar tiempos difíciles.
“Alabamos a Dios porque ambos oraron para aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador a través del testimonio de nuestros voluntarios y capellanes ” , informó Samaritan’s Purse.
“A veces tienes ángeles que simplemente llaman a tu puerta y te dicen cómo ser salvo. Fuimos bendecidos. Abrimos nuestro corazón y nuestra mente a algo nuevo”, dijo Eva.
un nuevo comienzo
En otro vecindario, Samaritan’s Purse también ayudó a los residentes con dificultades que también esperaban que bajara el agua.
Dipyanti y su marido, Hardik, no querían salir de casa: “Enviamos a mis suegros y a mi hijo a un hotel para que estuvieran a salvo. Mi marido y yo nos quedamos para intentar salvar lo que pudimos de la casa”.
Tan pronto como se dieron cuenta de que el agua no bajaría, la pareja se reunió con su familia en el hotel.
Al día siguiente, necesitaban conseguir algunos medicamentos en casa y tuvieron que usar un kayak para desplazarse.
Cuando llegaron a casa, encontraron agua cubriendo el primer piso, así como serpientes y peces muertos en el camino de entrada: “Fue desgarrador”, dijo Dipyanti.
Hardik tiene presión arterial alta y arritmia cardíaca que se ve agravada por el estrés. Entonces, la esposa estaba preocupada por tranquilizarlo en medio del caos.
Sin embargo, con la ayuda de los voluntarios de Samaritan’s Purse pudieron descansar en el hotel mientras restauraban su casa.
“Me sentí aliviado. No los conozco, pero están aquí ayudándonos. Realmente quiero agradecer a todas las personas que nos ayudaron en esta situación”, dijo Dipyanti.
Durante el trabajo en el lugar, la misión distribuyó Biblias y oró con las víctimas de las inundaciones.
Cuando Dipyanti y Hardik recibieron la Palabra de Dios, también reconocieron a Jesucristo como Señor y Salvador de sus vidas.
“Vamos a leer esto. Definitivamente leeremos esto”, concluyó Hardik.
