Todos los días nuestra fe es renovada, porque sabemos que Dios está con nosotros. Los ojos de Dios están en todos lados, porque la presencia del Señor es omnipresente. En todo momento vela por ti y te cuida de las trampas del cazador. Por ello siente la confianza en Dios, y deja tus cargas para que el Señor se pueda ocupar de ellas. Tu fe debe renovarse cada mañana, las fuerzas de tu alma deben ser las de un búfalo, porque Dios te puso por cabeza y no por cola, y el te prometió vida eterna. Desde el momento de tu concepción, el Señor tuvo un plan para tu vida, y nosotros como cristianos debemos servirle con amor y convicción.
Aunque el mundo venga en nuestra contra, nosotros no debemos temer, debemos estar tranquilos. El Señor aporta discernimiento y entendimiento para tu vida. Nos otorga la sabiduría que le dio a Salomón. Por ello la blanda palabra de nuestra boca, solo debe ir para alabar a Dios. No uses tu boca para maldecir, porque Dios nos hizo hacedores de su voluntad.
Los ojos de Dios están en todos lados
La presencia del Padre Celestial, en su divinidad, nos observa a todos. Juzgará a los malos y a los buenos, y solo los últimos pasaran la prueba de su bondad. Los cristianos debemos tener bondad, porque el Señor tocó nuestro corazón y nos hizo mejores personas. Seamos siempre el ejemplo de los inicuos, y con ese ejemplo lograremos que aún mas personas conozcan la bondad de Dios
Nosotros no somos necios, y tampoco nos olvidaremos de Dios. El necio menosprecia el consejo de su padre, y cree tener las respuestas para todo. Solo Dios tiene las respuestas que tu corazón necesita, Él es tu padre y los deseos de tu corazón promete que serán otorgados. Amén.
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