Una multitud de más de 41.000 personas se reunieron para escuchar el Evangelio en una cruzada en Venezuela , el último fin de semana de junio .
En alianza con la Asociación Evangelística Billy Graham, el Festival Familiar llevó a muchos venezolanos a Jesús, en la ciudad de Maturín, al noreste del país.
Cientos de iglesias locales se unieron en oración y trabajaron juntas para realizar el evento, que incluyó un programa para niños el sábado.
El domingo, el evangelista David Ruíz predicó la Buena Nueva y recordó que Cristo recibe a todas las personas con los brazos abiertos.
“Dios te acoge como si fueras blanco, negro, con el pelo largo, con el pelo corto. Dios te hizo y te ama tal como eres”, afirmó.
Las palabras del predicador conmovieron poderosamente a Joanna*, quien asistió al evento por invitación de su vecina cristiana Lisbeth, quien había estado orando por la salvación de la joven durante años.
La joven lucha contra la depresión y la baja autoestima luego de que su exnovio rompió con ella, afirmando que no era una mujer hermosa.
“Incluso me digo a mí misma que soy fea. Lo que más me motivó a venir aquí esta noche es que mi autoestima está por los suelos”, dijo.
Pero en la cruzada, la joven, madre soltera, conoció el amor perdonador y restaurador del Padre celestial y aceptó a Jesús como su Salvador.
“Me di cuenta de que necesitaba arrepentirme e ir a Dios. He estado llorando mucho, todos los días. Todos estos días me sentí mal, deprimida. Pero hoy sentí ese pequeño empujón. Dios como que hoy me empujó a recibirlo. ”, confesó Joanna.
Y declaró: “Quiero ir a la iglesia y buscar a Dios, porque Dios te cambia. Y tengo fe en Dios, que Él me cambiará”.
“No hay fiesta en el Cielo cuando alguien se casa, o cuando alguien compra una casa o un auto, pero sí hay fiesta en el Cielo cuando un pecador se arrepiente”, dijo el evangelista Ruíz.
Perseverancia en la predicación.
Para Lisbeth, la cruzada evangelística en su ciudad es la respuesta a años de oración de los cristianos locales.
“Creo que la historia de Joanna demuestra que no debemos perder la esperanza. Cuando compartes el Evangelio y encuentras resistencia, y ves que pasan los años y la persona aún no viene a Cristo, ¡no te rindas!”, animó. .
Y concluyó: “Oren aún más, porque tarde o temprano Dios traerá una persona más al Reino de los Cielos. Debemos recordar que Dios cuenta con nosotros para llevar esperanza a personas que no la encontrarán en ningún otro lugar del mundo”.